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Juguetes para gatos

¿Por qué es importante que nuestro gato juegue?

Tener la posibilidad de jugar es muy importante para nuestro gato, más de lo que muchas personas pensamos. Al verlos tumbados y durmiendo muchas horas durante el día podemos llegar a dar por hecho que los mininos tienen bastante con comer y dormir.

¡Nada más lejos de la realidad! Los gatos necesitan jugar para mantenerse activos tanto física como mentalmente, y también para desarrollar sus habilidades sociales.

Por naturaleza, un gato nace con unos fuertes instintos que le van a ayudar a sobrevivir en la vida fuera de un hogar humano. Al estar jugando con sus padres, hermanos y hermanas, un felino aprende muchas cosas que le van a ser muy útiles a lo largo de su vida minina. Al adoptarlo como uno más de la familia y abrirle las puertas de nuestro hogar, es bastante posible que un gato doméstico nunca vaya a necesitar confiar en sus instintos para cazar o esconderse, pero éstos aparecen durante el juego como una forma para que el pequeño peludito se desahogue.

A los gatos les parece irresistiblemente agradable cazar. Cuando están acechando a un juguete y lo cazan, su cerebro está produciendo una hormona del bienestar que tiene un efecto positivo en su salud mental.

El juego es muy importante tanto para su felicidad como para mejorar su relación con nosotros, educarlo y, como hemos dicho anteriormente, para mejorar su forma física y mental.

Razones para jugar con nuestro gato

En resumen, estas son las razones más importantes para asegurarnos de que nuestros mininos tengan su rato de juego cada día:

Jugando y manteniéndose activos hacen que se encuentres de buen humor y les alivia ese estrés que les pueda causar una vida pasiva.
Se desarrolla la capacidad de concentración y la de actuar en diferentes situaciones.
Se activan varias áreas del cerebro de forma simultánea, fortaleciendo las conexiones entre éstas.
Aprenden a solucionar pequeños problemas que se les plantean y, con ello, desarrollan su inteligencia.
Practican sus habilidades físicas y se mantienen en plena forma.
Aprenden a coordinar movimientos como saltos y caídas.
Aprenden a utilizar el lenguaje de los gatos.
Y, por último y no menos importante, crean lazos de afecto tanto con nosotros cómo con las otras mascotas que tengamos en casa.

¿Cuando empezar a jugar con nuestro gato?

La respuesta es sencilla: lo más pronto posible y, a poder ser, cuando todavía es un cachorro de gato.

Un gatito que se separa de su camada cuando es muy pequeñito puede no haber aprendido el comportamiento de juego adecuado, y dependerá de nosotros educarle a jugar bien. De esta manera nuestro pequeño minino podrá desarrollar sus habilidades físicas y mentales de una manera saludable tanto para su salubridad como para su comportamiento, evitando comportamientos tales como:

No se dejan tocar, al no estar acostumbrados al contacto físico.
Muestran una excesiva agresividad mientras juegan y nos hacen daño.
Viven episodios de miedo y de estrés.
Juegan de una manera muy descontrolada.

¿Cuántas horas al día deberíamos jugar con nuestro gato?

Aunque como siempre decimos y todos/as sabemos, cada gato es un mundo, por lo general los mininos se sienten más activos temprano por la mañana y a última hora del día, por lo que esos deberían ser los momentos ideales para jugar.

Respondiendo a la pregunta de cuántas horas deberíamos estar jugando con nuestro gato, lo ideal es que lo hagamos un par de veces al día y durante un tiempo corto, como de unos 15 minutos cada rato. El resto de las horas un gatito se contenta con explorar y jugar sólo, a la vez que dormir y descansar.